Vuelvo a tomarle la mano. Será un buen día, un día espléndido. Un día mágico. No puedo evitar sonreír.

-Cuando llegues a tierra firme y estes disponible y dispuesto a llamarme, hacelo.- Fueron las palabras sentenciantes dirigidas al contestador automático, de mi, ahora, ex novio. No solo me sentia completamente destrozada, sino tambien, desde mi recien adquirida posición fetal contra el suelo, terriblemente incomoda. La presion en mi pecho era inevitable. No estaba segura, si era por la angustia que actualmente me inundaba, o si era por la fuerza con la que afianzaba las piernas contra mi pecho. La segunda, definitivamente. La bronca y la furia que crecia en mi, eran enteramente mas fuertes al, entonces el mayor dolor emocional que habia sentido nunca, o al menos eso creia. Me habia quedado en total estado de shock. Por lo que ahora me cuestionaba de donde habia sacado el valor para llamar, y sobretodo para decirle eso. Solo queria herirlo y hacerlo sufrir, como el habia hecho conmigo. Y si de la unica forma que podia lograrlo era matandolo, lo haria.

Ya no tenia absolutamente nada que perder. Y con eso, los recuerdos de la noche anterior se agolparon como imágenes de horror en mi mente. Haciendome por primera vez, pensar detenidamente en lo que habia sucedido, abriendo los ojos como platos, y quedandome de a poco sin aire. Los sollozos comenzaron al intante, acompañados por un mar de lagrimas. Jamas me habia sentido tan miserable, y eso si que es difícil. Joan solia decir que era muy difícil para los demas lastimarme, ya que nunca dejaba ‘entrar’ a nadie. (El telefono sono.) Y ahora menos que nunca lo haria, la unica persona a la que le habia confiado absolutamente todo -todo-, habia sido la que mas me habia destruido. (Volvio a sonar.) Y ya jamas volveria a comer ese error, no habia forma de que alguien pudiera entrar en mi corazon ahora. El telefono volvio a sonar, ya volviendose insoportable. Tenia que contestar pero mi cuerpo no respondia, y sinceramente no tenia idea en que parte de la habitación me encontraba. Tenia la vista totalmente nublada por las lagrimas, por lo que aunque quisiera pararme, lo mas problable seria que me cayera, alegando esto no solo a mi poca estabilidad, y torpeza en exceso, sino tambien a la barrera que tenia frente a mis ojos, que amenazaba con no irse nunca, lo que conllevaba a una vida de invidencia y muchisimas caidas mas de las normales. No estoy segura por cuanto tiempo el telefono siguio sonando, solo se que era como una nana para mi, y al tiempo me quede profundamente dormida, con la cara totalmente empapada y un corazon desperdigado por el suelo.

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