Vuelvo a tomarle la mano. Será un buen día, un día espléndido. Un día mágico. No puedo evitar sonreír.

En éste paquete aparentemente vacío están el cariño que tenías guardado, las ganas de vivir, los recuerdos de mil besos y caricias, el olor de esas flores del jardín de la abuela, el ruido del agua al chocar contra las rocas de ese fantástico viaje que hiciste hace poco. Todo esto es tuyo, siempre lo ha sido y siempre lo será. Acércate, abre con cuidado el paquete, cierra los ojos y haz que las ganas de vivir vuelvan a ti. Cuídame un poquito más.

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