Vuelvo a tomarle la mano. Será un buen día, un día espléndido. Un día mágico. No puedo evitar sonreír.

Estaba totalmente segura de tres cosas.
Primera, Edward era un vampiro.
Segunda, una parte de él,
y no sabía lo potente que podía ser esa parte,
tenía sed de mi sangre.
Y tercera, estaba incondicional e irrevocablemente
enamorada de él.

0 comentarios: