Vuelvo a tomarle la mano. Será un buen día, un día espléndido. Un día mágico. No puedo evitar sonreír.

-Escucha tu rededor. –Continuo sus instrucciones Hale.- Concéntrate en el sonido de tu respiración. Intenta relajar tu cuerpo. ¿Funciona?



-Si.


-Bien- aunque negaba con la cabeza. - Relájate más. –Pidió- Olvídate de todo. Olvida lo que te rodea, que haga que te preocupes o molestes. Y respira más profundamente. –Espero a que su orden fuera obedecido -¿Cómo te sientes ahora?


-Me siento…-comenzó Edward con susurros- Como un idota. Relajado. Un idiota relajado.

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